Después de pasar la noche
en casa de nuestros corresponsales, realizamos una actividad de ocio prevista:
pasar el día en Eurodisney. Esto nos permitía retomar la confianza, el poder
hablar de nuevo con los compañeros franceses y en definitiva a conocernos un
poco mejor. El día resultó muy enriquecedor, a parte de las atracciones, nos
llamó mucho la atención que todo el personal de Eurodisney supiese español, así
como otras lenguas. Esto nos hizo pensar en lo que nos dicen a menudo los
profesores: hoy en día hay que aprender lenguas extranjeras para poder
desenvolvernos en un futuro no lejano.
Aprendimos in situ
costumbres como los horarios de comidas, formas de pedir las cosas, de
preguntar por lugares, nuestros corresponsales nos ayudaban, pero es verdad que
nosotros queríamos también hablar con otras personas para practicar el francés.
Regresamos a las 20 h. a Compiègne y nos fuimos a descansar de este ajetreado
día.
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